Dios nos ha creado, para entablar una relación de amistad, de corazón a corazón…

“sepamos que seremos escuchados, no por hablar mucho, sino por la pureza de corazón y compunción de lágrimas. Por eso la oración debe ser breve y pura, a no ser que se prolongue por un afecto inspirado por la gracia divina. (RB c 20)

LA LITURGIA DE LAS HORAS, como oración comunitaria, en unión con la Iglesia, ofrece a Dios un sacrificio de alabanza e intercede para la salvación de todo el mundo.

Dice el Profeta: «Siete veces al día te alabé». Nosotros observaremos este sagrado número septenario, si cumplimos los oficios de nuestro servicio en Vigilias, Laudes, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas, porque de estas horas del día se dijo: «Siete veces al día te alabé». (RB c. 16)

«Desencaja el Alma
Cristo cercano
misericordia amorosa
latido del Ser
el mundo late en Ti
¿qué dolor tú no abrazas?
¿qué alegría tú no tomas?
Abrazo – Misericordia – Paz.

Desencajo del Alma
que abraza tu dolor, humanidad
tu dolor global y pequeño
tu guerra y tu paz.
Desencajo del Alma
y Tú… con Tu luz, confortas
tu dolor cercano, vecino desconocido
y del conocido de la esquina
del que perdió a su ser querido
de la señora que espera una sonrisa y no llega.

Desencajo del Alma
en la alegría que brota
por lo que maravillosamente nos das.

Desencajo del Alma
por la Fuerza de tu Presencia
del Amor que derramas.

Desencajo del Alma
por la joven, el joven urbano-rural
que se inserta en la vida
buscando… un por qué.

Desencajo del Alma
por ti niño, pequeño inocente.

Todo está puesto en ti ofrecido…

Por ti madrugo
en petición y alabanza
Infinita misericordia
Cristo.»

Orar es amar:
“La medida del Amor es el Amor sin medida.” S Bdo.